El instinto de supervivencia no conoce límites. De ahí el inicio de todos los fines, instinto puro de conservación. Pero aún así no hay excusa para la brutalidad humana. y entonces deberíamos aprender de la humanidad animal...
Avergonzada y dolida profundamente...
Volando en lo profundo... Surgiendo de las nubes. Alimentando el espíritu con su risa reflejada en el sol. Caminando con su voz que le llama. Deslumbrando el alma con su mirada tal cual luz de luna. Descubriéndose en su mundo. Viajando hacia un lugar que despierta no encontrará...
